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La jubilación del baby-boom en España, ¿motivo de preocupación?

abuelos de la mano

Blog Envejecimiento [en-red]

Antonio Abellán García, Rogelio Pujol Rodríguez. Departamento de Población, CSIC.

El baby-boom en España no fue tan pronunciado ni tan temprano como en otros países desarrollados. Estados Unidos, Canadá, Australia o Noruega, tuvieron un baby-boom muy definido y de considerable dimensión, iniciado justo después de la 2ª Guerra Mundial; Francia, Austria, Suecia, y otros europeos, tuvieron un baby-boom importante pero no tan destacado. Consideramos dentro del baby-boom español a los nacidos entre 1958-1977, años en que la cifra de nacimientos superó los 650.000 anuales; en esas fechas nacieron casi catorce millones de niños, 2,5 más que en los veinte años previos, 4,5 más que en los veinte años siguientes. La delimitación de este baby-boom es una convención, que puede considerarse arbitraria, pero aceptada.

En los años anteriores al baby-boom español los nacimientos también fueron muy numerosos, por lo que la “transición” en la llegada de las generaciones del baby-boom a…

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La mala jubilación. Un relato corto de la realidad.

 

 

La jubilación para "disfrutar"
La jubilación para «disfrutar»

Mario, una vida ejemplar, nacido en una familia acomodada de Bilbao, su padre el señor José fue director de banca y de Bilbao, sobre todo de Bilbao. Mario estudiando económicas en Deusto y siendo uno de los pocos afortunados que pudo estudiar tuvo que dejarlo todo para ir al frente allá por el año 1937 para defender Bilbao en los montes de Urkiola. Realmente no disparó ni una sola vez pues se le encomendó la cocina del frente, claro, un futuro economista y con la influencia de su padre no iba a estar en la primera línea.

Cuando se acabaron los tiros, no lo pasó tan mal, no le faltó de nada y pronto empezó a trabajar en banca antes incluso de terminar sus estudios, alguien debía gestionar el dinero de la industria que volvía a resurgir, gloria al milagro económico, aquí hay trabajo.

Mario, querido por sus siete hijos y sus dieciséis nietos y sus futuros cinco bisnietos y sus tres exnueras y también por su mujer y especialmente por los compañeros de todas las sucursales bancarias que ha supervisado y dirigido. Hasta Azkuna le dio la medalla de oro de la ciudad de Bilbao por toda su trayectoria y su trabajo por y para la gran urbe.

Y llegó el día, el día del descanso, el día del reconocimiento, el día en el que podrá dedicarse de lleno a su afición, esa que tanto le ha entretenido y en la que encontró en un pasado una manera de canalizar el estrés por el trabajo…

Mario, ¿cuál es tu afición?… Pensar y temer el día de mi jubilación, supongo…

¿En qué se basa?… En preguntarme cosas y no saber qué responderme.

Si usted Señor Mario no sabe responderse, ¿quién puede responderle?

No lo sé, no le he preguntado a nadie, veré la televisión.

Mario pasa los días aburrido, sentado frente al televisor, su asistenta le hace la comida, le plancha y le limpia la casa, su mujer pasa de todo y su familia viene a verle igual que antes, no le dejan el cuidado de sus nietos, están en las actividades extraescolares hasta la hora de la cena, total ¿para qué?, ni siquiera sabe cómo tratar con niños, Mario está solo, siente que ha perdido años de su vida trabajando de sol a sol para conseguir el reconocimiento de su amada ciudad.

Mario, ¿qué piensa tu mujer de todo esto que sientes?… No hablamos de esas cosas, a mi mujer le gusta comprar cosas inútiles y déjala, no la quiero distraer.

En la plaza de Unamuno la gente entra y sale de la boca del metro, nadie le reconoce, a nadie tiene a quién contar que fue reconocido por Azkuna. Ha dejado de pensar, todo le parece inútil si no obtiene beneficio económico.

¿Es esta una de las cuestiones que hace que los mayores tengan una de las mayores tasas de suicidio?, según Mario no. Dice que solo es aburrimiento, ¡cuidado!, el aburrimiento arrastra a la depresión y la depresión mata. Mata el entorno, mata a la persona y a su historia, mata a las familias.

Mario sentado en la misma plaza se queda inmóvil, ahí pasmado mirando hacia el metro pasa una hora, dos, tres, apenas parpadea, se le ve con el rostro un poco desencajado, pero poco, sigue siendo Mario, cuatro horas. Mario quiere hablar y decir a alguna de esas 351 almas que han pasado frente a él que le ayuden, pero ahí sigue, la gente le mira, hasta quien ha pasado tres veces frente a él le mira y solo le mira.

Mario, ¿te acuerdas de las patatas que hacías en Urkiola?, ¿te acuerdas de cuándo tus compañeros del batallón confiaron sus ahorros a tu gestión?, ¿te acuerdas de tu familia?, ¿cuántos ictus de repetición has sufrido ahí sentado?, ¿cuántos hubieras tenido si mantuvieras una vida más activa?, ¿y si hubieras vivido con los pies en la tierra como en el 37?.

Condenado a ir del hospital de Cruces a la residencia con medio cuerpo inútil, con el área del cerebro encargada del habla encharcada en sangre hace gestitos para hacerse entender, ya no llevará corbata pues el auxiliar no sabe hacer el nudo y total ya ¿para qué?.

Bravo Mario, ahora tienes las respuestas a tus preguntas sobre el día de tu jubilación, no hace falta que pienses más, los demás pensarán por ti y te harán el horario de las actividades del centro.

Ya no hay vuelta atrás, pero Mario, si no puedes decirnos con palabras, dinos con pensamientos que mantener las aficiones son necesarias, que seguir con una vida cultural activa, cuidar a los de tu entorno, además de comer bien y levantarte del sillón del despacho y tener un plan para el día del descanso es garantía de una vida activa, feliz y estimulante. Una jubilación feliz.

¿Dónde estarías Mario, si te hubieras respondido algo de esto?

Perdóname Mario, te oculté las respuestas, cuando las sabía cómo puedes ver desde hace años.

Eskerrik asko Mario por hacerme ver la responsabilidad que tus nietos tenemos en tu cerebro encharcado, pero tranquilo, te iremos a ver en Nochebuena.

*Publicado en Envejicimiento en Red. El 18/11/2014.

*Mario es un personaje ficticio basado en pacientes conocidos por el autor.

¡Cierto!
¡Cierto!

¡Por cierto! me gustaría saber vuestra opinión. Deja un comentario.

 

Realidades de la vida, hablando con nuestros vecinos.

Sonríe, esto no hay nadie que lo pueda cambiar.
Sonríe, esto no hay nadie que lo pueda cambiar.

Si alguien refleja la realidad de la vida, y de Nuestros Mayores, es nuestro buen bloguero Enrique Étarrago en este articulo, que trata de las cosas cotidianas que nos podemos encontrar en nuestras calles, conversando con nuestros amigos más queridos, y lo más importante de todo es que esta situación, tardará mucho tiempo en cambiar. El mileurista, el prejubilado, el divorciado que siente la soledad en su alma e intenta encontrar compañía y la penuria de los jubilados. Enrique ¡una gran realidad actual. Te felicito por tus pensamientos tan claramente escritos. Abuelagapita.

Consejos de «abuelagapita» para la jubilación.

Jubilados "de tertulia" al sol.
Jubilados «de tertulia» al sol.

La jubilación

 La jubilación es aquel periodo en el cual, por convenio, a partir de una determinada edad, las personas se retiran de la vida laboral activa. En España la edad legal general de la jubilación son los 65 años, pero hay profesiones en las que puede variar; por ejemplo, los mineros se pueden jubilar a los 50 años y en cambio los catedráticos pueden alargar su vida activa hasta los 70.  Esto hace que la edad media de la jubilación en nuestro país sea  a los 63 años. Actualmente se está debatiendo la posibilidad de alargar la edad de jubilación a los 67 años. Hay También un sector importante, el que todavía no tiene la edad de jubilación, pero está inactivo por estar parado, a la esperar de llegar a los 65 años.

La jubilación marca el fin de la vida laboral, en la que hay un rol social muy concreto, con unas actividades y unos hábitos de uso del tiempo muy marcados y una productividad efectiva. El cambio de estos hábitos, prolongados durante más de 40 años en la mayoría de los casos, suele ser brusco y es un acontecimiento anhelado y, sin embargo, temido también. Es anhelado porque representa el descanso, el poder usar el tiempo como nos apetezca, el poder disfrutar del ocio a nuestro antojo; y es temido porque no sabemos qué hacer con tanto tiempo libre y puede darnos  la sensación de no valer ya para nada.

De repente los horarios de trabajo, de descanso, de ocio y de sueño, entre otros, no se adaptan a la vida actual, lo que produce una perturbación del equilibrio mental y físico con repercusiones sobre la salud y  el carácter. Esto se produce a la vez que se da una ruptura de las relaciones profesionales, un cambio en las condiciones de la vida social  y una modificación en las relaciones con los que convivimos diariamente. El hecho de pasar más tiempo del habitual con otras personas hace que puedan replantearse muchos afectos.

Respecto las condiciones financieras, la pérdida de una parte de los recursos económicos, dado que las pensiones suelen ser más bajas que los ingresos percibidos durante la vida laboral, conlleva la alteración del poder adquisitivo.

En la vida cultural y el ocio la persona jubilada pasa de una situación en la que dispone de poco tiempo para dedicar a las distracciones a una situación con mucho más tiempo libre, apareciendo una nueva perturbación en el equilibrio del individuo. En nuestra sociedad, por desgracia, la mayoría del ocio es caro y ya hemos dicho que los ingresos de los jubilados suelen ser limitados.

Sin embargo es posible que la jubilación sea realmente una época para disfrutar del tiempo de descanso, si intentamos mantener una buena preparación tanto física como, sobre todo, psicológica. Hay una serie de normas importantes que es importante tener en cuenta:

Consejos para una jubilación «feliz».

  • Cuidar la salud: Ya desde antes de la jubilación es conveniente insistir en unos hábitos de vida saludables, vigilando la alimentación (baja en grasas, rica en fibra y calcio y con un nivel adecuado de proteínas), eliminando el consumo de tabaco, moderando o eliminando la ingesta de alcohol, disminuyendo el consumo de café y otros excitantes y aumentando la hidratación con agua y zumos naturales.
  • Ejercicio: Dependiendo de los hábitos previos, es importante seguir con el ejercicio que ya se realizaba, quizá de forma más progresiva o con menor intensidad. Si no se realizaba antes, conviene iniciar una actividad progresiva, aeróbica, regular y que, sobre todo, resulte placentera.
  • Mantener la mente en forma: Leer, realizar pasatiempos (sudoku, crucigramas, sopas de letras, etc.), aprender nuevas habilidades como pintar o cantar, proseguir estudios o iniciar nuevos… Todo es bueno para la gimnasia cerebral.
  • Mimar la vida social: Una vez se ha producido la retirada de la vida laboral es imprescindible mantener los contactos sociales con familiares y antiguos compañeros de trabajo, así como cultivar nuevas amistades y recuperar antiguas; en definitiva, sentir que seguimos perteneciendo a una sociedad y que ésta sabe que existimos.